La cosmovisión mesoamericana nos ofrece diversas interpretaciones sobre la relación de los hombres con el espacio, el lugar y el tiempo.

En los estudios sobre la cosmogonía de los pueblos Mesoamericanos, López Austin menciona que el uso de enteógenos en los rituales y festividades permitía que el hombre contactara con los seres superiores. Así mismo, la observación de los fenómenos climáticos y la explicación del entorno son actividades esenciales que propician la ritualidad. Por último, el panteón mesoamericano se relaciona con la dualidad y su representación. Por ejemplo: la vida y la muerte, el frío y el calor, la tierra y el agua como elementos que se contraponen, pero al mismo tiempo comparten y crean el equilibrio en la cotidianidad de los pueblos antiguos.

De esta forma, gracias a las representaciones del panteón mesoamericano sabemos que los patrones del amor, la sexualidad y la fertilidad tuvieron culto en templos públicos y en espacios privados como la casa.

XOCHIPILLI

En la cultura mexica es el dios del amor, los juegos, la belleza, las flores, el maíz, el placer y de la ebriedad. “El joven de las flores” o “El príncipe de las flores” conocido en su representación monolítica encontrada en Tlalmanalco, refiere a un hombre que porta hongos y flores alucinógenas como agentes de comunicación entre el espacio de los hombres y las divinidades.

Por otra parte, el nombre simbólico también nos permite vincularlo con las fuerzas solares, lumínicas y generadoras de calor, por medio de las flores que nacen en la primavera, época del apareamiento.

La poesía y el canto se vinculan con el placer que produce la música y la excitación de la palabra viva. Recordemos que la vírgula floreada representa la buena palabra y el sonido agradable.

Xochipilli de Tlalmanalco, Sala Mexica MNA. El rostro está elevado al cielo en estado de éxtasis. En las rodillas, brazos y piernas podemos observar algunas flores como la Maravilla u Ololiuhqui.

XOCHIQUETZAL

Era la diosa de la belleza, el erotismo, la sensualidad, patrona de las tejedoras, las mujeres nocturnas y los orfebres. Se creía que inspiraba a los humanos a través de la tentación. Representa los encuentros juveniles y espontáneos.

Xochiquetzal o “Flor preciosa”, nació de un cabello de la diosa madre. A su vez, ella fue la madre del dios del maíz, Cintéotl. Por eso se relaciona con la fertilidad.

Xochiquetzal, pieza del Museo Amparo.

TLAZOLTÉOTL

Se le conoce como la diosa de la sexualidad y la lujuria; como la barredora de todo lo inmundo, en este caso es la que elimina el adulterio. La que provocaba el apetito carnal, pero también lo retiraba. Por eso era muy respetada y temida. Según la historiadora Silvia Trejo, en la sociedad mexica cuando alguien era acusado de adulterio se le cortaba la nariz, pues era considerado una transgresión.

Sahagún menciona en sus crónicas que Los Xochihua, no eran deidades sino hombres que se vestían de mujeres, portaban una flor y engañaban o confundían a las personas. Esto se ha interpretado como las personas que ejercían la prostitución y la transexualidad para los mexicas.