En estos momentos experimentamos el olor a bosque, las noches llegan antes, el crujido de las hojas secas que poco a poco van cayendo de los arboles, Otoño es una estacón de nostalgia de recapacitar y prepararnos para un nuevo renacer.
En las emociones también se generan cambios con el otoño, sintonizándonos con el frio, la luz, la oscuridad, se puede intensificarla ansiedad, presentar depresión estacional, enseñándonos la naturaleza de como dejar ir lo que no necesitamos, desapegarnos completamente.
El otoño nos trae una enseñanza de dejar ir, teniendo como ejemplo nuestra festividad de “Día de Muertos”, está preparación de gozo, alegría y a la vez tristeza, nos hace reflexionar en el proceso de duelo que cada uno debemos pasar para dejar ir a nuestros seres queridos.
Lleno de flores, sabores y olores recibimos y a su vez despedimos a las personas que en algún momento compartieron su vida con nosotros los vivos.
Por eso digo que la naturaleza es tan sabia que nos da lecciones para prepararnos en esta vida emocional.
Tomando en cuenta que estos primeros dos días de noviembre honramos a los que se nos adelantaron me gustaría recordarles como se lleva un proceso de perdida.
Elizabeth Kübler, psiquiátrica suiza nos expone 5 etapas por los cuales pasamos al sufrir una perdida.
1.- Negación, donde experimentamos una incredulidad de lo sucedido, congelando nuestras emociones.
2.- Ira, se presentan sentimientos de Enojo, frustración, reclamo, entre otras.
3.- Negociación, es el inicio de una realidad de la perdida, buscando revertir lo que se está experimentando.
4.- Depresión, experimentando la realidad de la perdida, se presenta la pena, la nostalgia, el dolor, la ausencia.
5.- Aceptación, llegando al último paso donde se pudo canalizar el dolor llegando la cala y la comprensión.
Los rituales que llevamos a cabo de nuestros usos y costumbres nos acompañan poco a poco a pasar por cada uno de estos pasos. También nos ayuda a hablar de esa persona que se fue, identificar y aceptar los sentimientos que vamos teniendo, recordar y celebrar a ese ser querido.
Vamos a darnos la oportunidad de sentir, agradecer y dejar ir lo que tenga que irse, tomemos un poco la actitud del otoño, desapegarnos poco a poco para poder tener un renacer en la vida y ser resilientes.