Hace unas semanas se estrenó en nuestro país la quinta película basada en el personaje de The Crow y aunque no hablaremos de ella pues eso es algo para la sección de CINE de mi amigo Gabriel Tapia aquí mismo en MODU.MX, si nos da una excusa perfecta para hablar un poco acerca de la obra original.

“Hace un año…una fría noche de octubre…un coche destrozado en una sucia carretera…Un hombre…una chica…locura…dolor…Y las sombras…¡¡Dios mío, las sombras…!!” (Eric Draven)

Eric Draven ha regresado de entre los muertos a un año del asesinato de su prometida y del suyo propio a manos de una pandilla de maleantes. Ahora vestido de negro, con el rostro pintado como un mimo infernal y acompañado de un cuervo sobrenatural, busca venganza matando a todos y cada uno de los pandilleros que tuvieron la mala fortuna de encontrarse con la pareja aquella noche. Y no se detendrá hasta que no quede vivo ni uno de ellos junto con todo aquel que se atreva a oponérsele en su misión de revancha. Cada vida tomada en retribución se vuelve un cartucho a atado a su cabello.

El Cuervo es un ave cargada de simbolismos que son más que idóneos. Es un ave que se relaciona con un símbolo de mal agüero (y lo es para las víctimas de Eric); Edgar Allan Poe personifica la pena de la perdida en el cuervo de su obra “The Raven”; las culturas nativas americanas ven a los cuervos como criaturas sabias y mensajeras del más allá que podían llevar y traer espíritus y O´Barr le saca provecho a todo esto.

“Antiguamente la gente creía que, cuando alguien muere, un cuervo se lleva su alma a la Tierra de los Muertos. Pero a veces sucede algo tan horrible que, junto con el alma, el cuervo se lleva su profunda tristeza y el alma no puede descansar. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.”
(THE CROW, 1994)

La historia va surgiendo como el intento de sobrellevar la terrible experiencia que tuvo el propio O´Barr al perder a su novia por un conductor ebrio a finales de los 70; de rebasar la culpa y remordimiento que siente al haber sido él la causa de su novia se encontrara en la calle cuando sucede el accidente. Es el intento desesperado de exorcizar los demonios personales del dolor de la perdida y de la desesperación de no haber podido hacer algo para evitarla.  Los paralelismos entre esta situación y la de Eric atestiguando el asesinato de su prometida (¡No mires, no mires! Le dice el cuervo a Eric) son obvios dependiendo del estado de percepción.

“Lo divino no es menos paradójico que lo malvado. Llevo la corona de espinas que T-Bird colocó en mi cabeza”. (Eric Draven)

Las desafortunadas circunstancias en las que se da la tragedia son el resultado del atroz azar que cambia todo en una décima de segundo y sucede asi en éste, un trabajo personal e íntimo cuyo desarrollo es guiado más por las emociones y sentimientos que por un talento notable. Mas digno quizá por ello. Los estilos de ilustración por los que se transita van del casi caricaturesco y urbano a otros más artísticos y oníricos en cuyas ilustraciones salpicadas aquí y allá con textos de canciones de The Cure, Joy Division o poesía de Rimbaud son dignas de poster.

La apariencia de Eric como El cuervo es siempre oscura, un vengador melancólico que oscila entre un demonio vestido de piel y un ángel de la muerte, mientras que como el enamorado Eric no logras imaginar toda la violencia que es capaz de desencadenar a lo largo del tomo. Sobre todo, en los flashbacks intercalados en la historia.

Pérdida. Culpa. Rabia. Venganza. Soledad. Tristeza. Perdón y redención pueden ser halladas bajo el disfraz de analogías, metáforas e iconografías (el caballo enredado en el alambre de púas) dispersas a lo largo de la historia.

El Cuervo es, en resumen, una carta de amor en la cual se buscó vaciar la soledad causada por un solo evento, un intento de encontrar orden y razón y la declaración de que nadie realmente muere si alguien le ama.

¡¡Nos leemos en la siguiente nota Friki…!!

The Crow es escrita y dibujada por James O´Barr. Editada y publicada originalmente en 1989. Generó una película en 1993, fatalmente protagonizada por Brandon Lee (1965-1993), tres secuelas más, una serie de televisión protagonizada por Mark Dacascos y varias series de comics.

Todas las imágenes son propiedad de sus dueños.