Seguimos amándonos mucho.
A veces, no pienso.
A veces, nos siento.
A veces, nos escucho.
Cada canción de amor,
cada rincón escondido,
cada momento perdido.
¿Lo recuerdas?
Los días jugando a ser amantes,
fingiendo ser inalcanzables.
Besos fugaces
y abrazos boreales.
Irreales.
Inocentes.
Candentes.
Amantes.
Me aferro, porque es lo que tengo
porque éramos sólo amantes.
Amantes que se veían cuando nadie
estaba despierto.
Sólo amantes.
Sólo fuego contenido.
Oh amante, amor mío, amado…
¿Te he tenido?
¿Nos he soñado?
¿Me has perdido?
¿Estás?, o… ¿te has ido?
Te busco,
te pierdo,
te encuentro,
te escucho
y te destierro.
Deseo detener el tiempo,
detener el sentimiento,
tenerlo,
atesorarlo,
y no soltarlo.
Pero, lo he soltado, nos he soltado…
un adiós, una decisión punzante.
Nos he condenado…
un gran muro entre dos corazones
palpitantes.
Amante
Eres lo más hermoso que he sentido.
Aunque no hayas sido mi destino.
Mi amor radiante…
te he amado tanto que me he perdido.
Sigo amándote mucho.
A veces, lo pienso.
A veces, lo siento.
A veces, lo escucho.
Yo amándote.
Yo deseándote.
Yo soñandote.
Yo, la que te ha lastimado.
Yo, la que te ha amado.
Yo, la amante que nos ha traicionado.
Sólo amantes
Sólo la historia de un instante.