62 AÑOS DE PODER Y RESPONSABILIDAD…Y CULPA.

“…el héroe, por lo tanto, es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas personales y locales…”

Joseph Campbell en “El Héroe de las mil caras”, 1949.

Para ningún personaje de la cultura popular contemporánea ha sido esto más cierto que para Spider-Man, El Sorprendente Hombre-Araña (o Spidey pa´ los cuates).

Con el 62° aniversario de su primera aparición como excusa hablemos de El Sorprendente Hombre-Araña: Creado por Stan “The Man” Lee en la parte literaria y dibujado por Steve Ditko aparece en “AMAZING FANTASY” #15 con fecha en la portada de agosto de 1962 pero publicado realmente en junio 5 del mismo año. Era un título antológico como muchos de la época, es decir que presentaba historias cortas de 6-8 páginas con diferentes personajes y estaba próxima a cancelarse, de hecho, este numero 15 sería el ultimo.

Los lectores solicitaron saber más de este sensacional personaje y el año siguiente se publicó “THE AMAZING SPIDER-MAN” No.1 así, con guion intermedio y con fecha en la portada de marzo de 1963.

El origen que se ha mantenido más o menos igual en las diferentes iteraciones del personaje sucede así:

Peter Parker, un adolescente de 16 años es huérfano y vive con sus tíos Benjamin Parker, hermano de su padre y su esposa May. El chico Parker es lo que hoy en día llamaríamos un “nerd”: Retraído, apocado y con nulas habilidades sociales, víctima de bullying por parte de sus compañeros de escuela e invisible para las chicas. Por otro lado, es un joven de inteligencia brillante y excelente estudiante, amado por sus tíos quienes lo estimulan y crían con altos valores morales en un ambiente cálido y familiar aún con sus problemas económicos.

No se trata de un varón adulto ni de un héroe hecho y derecho desde el inicio como todos los de la época: altos, fuertes, guapos de gráciles y fornidos cuerpos, de hecho, es la antítesis de ellos. Nuestro protagonista es un enclenque escuincle ñoño.

Asiste un día a una demostración sobre lo último en temas de ciencia en aquella época: La radioactividad. Durante la cual, accidentalmente es irradiada una araña que antes de morir logra morder a Peter llenando su sangre de radioactividad y cambiando su cuerpo.

Cuando Peter descubre sus nuevas habilidades arácnidas que incluyen adherencia a superficies en pies y manos, fuerza, agilidad y resistencia proporcionales a las de una araña y el más sensacional de ellos: un “sentido arácnido” que rayando en la precognición le avisa de peligros inmediatos con algo que el propio Peter describe como un cosquilleo en la nuca, decide que los usará para su beneficio.

Contrariamente al altruismo inherente al superheroe, Peter piensa en sí mismo antes que en el bien de los demás, en lo que podríamos alegar como un acto de egoísmo, piensa usar sus poderes para conseguir lo que no ha tenido: popularidad para él y riquezas para sus tíos. Se hace de un disfraz y vence a un luchador de manera amateur. Se dispara su fama y crea lo que hasta hoy es su uniforme definitivo, el traje rojiazul con motivos de telaraña y la máscara que le cubre todo el rostro con grandes ojos como de arácnido. El traje también es diferente al de los superhéroes del momento: no usa capa, no usa los calzones sobre los pantalones y usa una máscara que no deja ver ni sus ojos ni parte alguna de su rostro. Acompaña el outfit con un fluido vestuario, fórmula de su propia invención que al contacto con el aire se torna en hilos adhesivos y resistentes como cable de acero parecidos a una telaraña que dispara a través de unos dispositivos recargables en sus muñecas construidos por él.

Conserva su identidad en secreto, no para protegerse sino porque sabe que sus tíos no solo se angustiarían al verlo realizar sus acrobacias, sino que incluso podrían desaprobarlo. Sigue siendo un menor de edad. Bautiza su alter-ego como Spider-Man… “Man” (hombre) no Spider-Boy ni Spider-Kid en la época en que los teenagers solo aspiraban a fungir como side-kicks o compañeros de los héroes adultos y ahí estaban Robin, Bucky, Aqualad, Toro y otros para demostrarlo. Peter sigue siendo un niño que trascenderá su infancia de forma trágica y el nombre de su identidad secreta lo adelanta.

Una trágica noche, un Peter soberbio y consciente de su fama deja escapar a un asaltante ignorando la solicitud de ayuda del policía que lo perseguía. Peter solo atina a pensar en que se dedicará a cuidar del número 1, ¡o sea él…!

El policía lo confronta. Con sus habilidades pudo detener al maleante con una mano en la cintura. Peter recuerda las veces que nadie le ayudó mientras es abusado e insultado en sus años escolares. Nadie se preocupó por él; él no se preocupará por nadie. Al llegar a la casa de sus tíos la encuentra rodeada por patrullas y alarmado corre para saber qué sucede. Su tio, su padre desde hace años, la persona que le demostró únicamente amor y lo crio como a un hijo ha sido asesinado por un asaltante que entro a robar. La policía lo siguió y lo tiene rodeado en alguna bodega cuya ubicación Peter conoce. Con sus particulares capacidades llega rápidamente y en una ira ciega encuentra y captura al asaltante que no es otro que el mismo que dejó escapar antes.

“Los errores no son meramente accidentales. Son el resultado de deseos y conflictos reprimidos”

Sigmund Freud

Peter jura entonces no permitir que nada parecido vuelva a ocurrir, se vuelve un vigilante a nivel de la calle. Sus presas son ladrones, asaltantes, malhechores de poca monta como aquel que le arrebató la vida a su tío. El Hombre-Araña héroe es pues, producto de ese asesinato al parecer ocurrido a raíz de una omisión basada en una falta de altruismo, de un sentimiento de culpa que lejos de desaparecer lo lleva a intentar resarcir esta falla a través de arriesgar su vida diariamente enfrentado amenazas que incluso lo superan. Se obliga a si mismo a llegar más allá de sus límites bajo el mantra: “con un gran poder viene una gran responsabilidad” La personalidad apocada de Peter emerge de vez en cuando, haciéndolo creer que cualquier cosa que haga siempre será insuficiente para quienes están a su alrededor. Piensa no en lo que podría sucederle sino en lo que podría suceder si él no actúa de nuevo, si no hace lo correcto ya que en una ocasión no lo hizo y un ser querido perdió la vida debido a ello.

Padeciendo muy seguramente un trastorno de stress post traumático hace uso de un sentido del humor que raya en lo molesto para ocultar el miedo y que sin embargo no le impide la empatía, el sacrificio, el arrojo y la honestidad.

Logramos identificarnos más con el eternamente joven Peter Parker quien tiene problemas de relaciones amorosas, de dinero, de trabajo y escolares como cualquiera de nosotros (“Cualquiera puede ser Spider-Man”) que con el multimillonario Bruce Wayne o un extraterrestre todo poderoso. Necesita lavar y zurcir él mismo su disfraz después de cada batalla pues no cuenta con un Alfred que lo haga por él. Se enferma como cualquiera de nosotros y aun así debe salir a detener criminales. Debe cuidar a su tía viuda pues ahora es el hombre de la casa y como tal debe proveer.

Aunque la muerte del tío Ben no es la última tragedia que forja a El Hombre-Araña. Ve morir al amor de su vida Gwen Stacy y a su padre, el capitán Stacy a manos de dos de sus más formidables enemigos, entre otras muertes, tragedias que sigue haciendo de su responsabilidad pues está seguro que de no ser el Hombre-Araña ninguno de sus seres queridos estaría muerto. Peter intenta controlar lo que no puede… Lo que lo ha llevado a intentar dejar de ser El Hombre-Araña en más de una ocasión, aunque siempre vuelve al llamado de los indefensos en busca de hacer lo correcto perseguido por la imagen moral de su tío.

Peter deja todos esos problemas en segundo o tercer plano ante el llamado de su misión autoimpuesta y corre a ponerse el traje para defender a quien no puede defenderse, salvar a quien necesite ser salvado, después de todo como el mismo Hombre Araña lo ha dicho: “Mientras yo esté cerca, ¡nadie muere!”

Tal es la dualidad en la que se debate un joven que vive entre el poder y la responsabilidad como Peter Parker.

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Imágenes propiedad de Marvel Worldwide Inc. Spider-Man Creado por Stan Lee y Steve Ditko. Citas del libro “El Héroe de las Mil Caras” de Joseph Campbell