Es que ser mamá, es esperar 9 meses, es ver cómo tú cuerpo se transforma, sentir cómo un pequeño crece dentro de ti, es esperar mes con mes para oír sus latidos, es investigar cómo se desarrolla, es querer conocer su carita, escuchar su primer llanto y saber que está bien, el primer besito en la frente, el apretoncito de su manita tomando tu dedo, es ver cómo la mini ropita se queda atrás, es tomar sus manitas y ser el apoyo que necesita para dar sus primeros pasos, es oírlo decir mamá por primera vez y el principio de muchos mamá, mamá, mamá… para llamar tu atención, es dormir en la orillita de la cama porque tu pequeño invitado invadió tu cama.
Ser mamá es dejarlo por primera vez en el cole con los ojos nublados y la voz entrecortada. Pero feliz porque es otra etapa de su vida, es que te dedique sus primeras letras y te diga que te ama, es aprender a hacer disfraces para que un día sea un ratón y otro un Hércules, es disfrutar de preguntas locas y otras que te meten en aprietos, de risas sin sentido, es ver su película favorita 100 veces, es querer darles todo y darte cuenta que son felices con poco, es descubrir que tu mini humano ha crecido y se quiere comer el mundo, es enseñarle a tomar decisiones aún con sus consecuencias… es querer que les pase todo y nada a la vez, es ser su compañera y espectadora de su vida.
Maternidad
Ay, la maternidad. Y es que si bien el significado es hermoso “Crear un vinculo desde el amor”, en la práctica es más complicado y agotador de lo que parece. Requiere de un trabajo constante, de cuestionarte día a día si lo que haces lo haces bien, requiere de una evolución que a veces mece todo tu mundo, es querer dejar humanos correctos que transiten entre la sociedad, es vivir de criticas constantes, de culpas que se te imponen por el hecho de que se romantice la maternidad, de que te pongan expectativas a veces inalcanzables, de comparaciones y a veces hasta de competencia entre las mismas mamás, y es que se espera que maternar es solo una emoción y si lo piensas lo irreal que es esto, la carga de trabajo a veces es asfixiante y por más que tratas de tener una sonrisa siempre en la cara, a veces la situación requiere otra cosa y es que a veces nos exigimos tanto que nos olvidamos de que somos humanos, maternar a veces es llorar de bajo de la regadera, es no tener las respuestas, a veces es tener que tomar decisiones difíciles, es aprender a decir no, pero también ¿por que no?, es aprender a soltar, a veces es tener que posponer tus planes por el bien de tus pequeños.
Y si esto que me atrevo a compartir es desde lo personal, es como vivo ser mamá y como ha sido para mí maternar, y si me preguntan ser mamá es de lo mejor que me ha pasado en la vida, maternar es todo un reto, y no se si lo estoy haciendo bien. Pero si ya maternas o pretendes hacerlo a futuro te dejo un consejo no pedido, busca una red de apoyo, gente que tenga tus mismos valores, que cuiden de ti y tus pequeños como su tribu, que no te juzguen, que te recuerden que lo estás haciendo bien, que ser mamá es solo una de tus tantas facetas y que para poder dar primero te tienes que llenarte tú.
Cuéntame, ¿te has sentido así?
