“La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos“
–Lope de Vega
Si hablar de pintura, es hablar de poesía, Enrique Echeverría (1923-1972) es uno de los máximos exponentes mexicanos del arte plástico que va más allá de la forma, disruptor del color y sus texturas. Un artista que poco se conoce, ya que no pertenece al mundo rockstar del arte pictórico…
En el Museo de Arte Moderno (MAM), se presenta la exposición “Enrique Echeverría. El umbral de lo abstracto”, dedicada exclusivamente a la gran trayectoria artística de Enrique Echeverría. Una colección digna de cualquier museo internacional, en donde la curaduría del equipo MAM, te trasladará al umbral del arte abstracto en México. Ten por seguro que la dosis de color, texturas, abstracción, discurso, pero sobre todo de estética, te dejará un halo de humanismo y en el mejor de los casos, un estado de catarsis.
La exposición se presenta en la Sala D del MAM, un recorrido que fluye por la excelsa distribución del espacio, así como por las piezas exhibidas; iniciando con un autorretrato de Echeverría, pintado en 1964. Con tonos violeta, azules y grises, un rostro desgarrado por la nostalgia. Textura y color son el hilo conductor de un artista que tuvo de forma orgánica, varias etapas artísticas, en donde la abstracción se apropio de las formas que fueron diluyéndose en el color y la expansión de su discurso plástico.
Un artista que bajo la naturaleza del arte en sí mismo, se volcó hacia la experimentación, un maestro de la abstracción, que dentro de su legado, dejó varia obra inconclusa debido a su temprano fallecimiento. Cabe mencionar que su experimentación pasional, lo llevó a proponer las acetografías (pintura aplicada en bases de acetato mediante una técnica especial), un ejemplo de su capacidad para expresarse a través de la experimentación artística, aunque por cuestiones ajenas a su entusiasmo, es bien sabido que no logró desarrollar dicha técnica a su máximo nivel.
El umbral que pintó Enrique Echeverría en la historia del arte plástico en México, tiene que ver con la naturaleza del cambio generacional, dejando atrás el muralismo tradicional, figurativo y político, para crear un arte que juega con las posibilidades de interpretación así como con nuevas técnicas. Una explosión de color, una búsqueda de expresión y un legado finamente expresionista que vale totalmente la pena contemplar, tanto por la experiencia artística, así como por la calidad de la obra reunida y conjugada por el equipo del MAM.
No te pierdas esta exposición que estará en el Museo de Arte Moderno hasta el 23 de junio de 2024, en la Sala D.
Costo de entrada: $90 (Aplican descuentos vigentes)
