CON EL FOCO APAGADO así es como me sentí, después de el muuuy buen cocktail con el que cerró el evento del 40º Aniversario, el pasado 25 de mayo, por constituirse el Teatro CASA DE LA PAZ en uno de los Recintos Culturales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Por supuesto que ese no era el móvil del evento, sino el de presentar una NOCHE DE GALA para conmemorar el suceso de contar con un inmueble que ha abrigado a grandes personalidades de diversos géneros artísticos, aún en tiempo anterior de formar parte de la Universidad tan prestigiada en nuestra Ciudad de México; entre ellos por ejemplo, a Alejandro Jodorowsky.
Situado en la calle de Cozumel 33, en la colonia Roma Norte, la construcción del Teatro CASA DE LA PAZ mantiene el diseño de un vitral en su fachada, realizado nada menos que por el afamado escultor y pintor, Manuel Felguérez; vitral que por cierto, tiene sobrepuesta la estructura en metal qué a manera de marco, le diseñó el afamado arquitecto Manuel Larrosa.
Por otro lado, por si te sientes un soberano “CERO” como cuando se cae en depresión, se aleja él o la novia, te reprobaron, te corrieron de casa, o bien, te encuentras sin un centavo, ve a ver la puesta en escena CERO.
Escrita y dirigida por Ingrid Cebada, la obra teatral presenta a tres chicos que cuentan sus historias, cada una muy diferente a la otra por cierto, pero que finalmente en las mismas condiciones de sentirse como una insignificante fracción que carece de valor, es decir el 0.
Si tú hasta ahora has sido un CERO, sin embargo puedes llegar con dichos personajes a caer en la cuenta de que el 0 forma sumas millonarias, además de ser el número más incógnito, la base de medidas magnificadas, entre otras aplicaciones más del “CERO”, en que acaba siendo el móvil de la perfección numérica.
Así es como se convierte un “chique CERO” cuando deja a un lado la depresión, y entra a recapacitar sobre la importancia de ser él, ella o elle, misme; reflexión con la cual se llega tras ver la obra CERO en el Teatro El Granero, del Centro Cultural del Bosque (CCB).
Y si simplemente deseas relajarte viendo un espectáculo musical y actoral de alto nivel, pues lo tuyo es la cultura y la intelectualidad, lo ideal sería ver la Ópera Prima de Giacomo Puccini intitulada MADAME BUTTERFLY presentada bajo la batuta del Maestro Enrique Patrón de Rueda con La Orquesta Filarmónica de las Artes, y en la parte escénica bajo la dirección de Omar Olvera, con la Compañía de Danza de las Artes.
Obra que por cierto es todo un drama, en dónde una mujer geisha llamada Cio-Cio-San, de tan sólo 15 años de edad, es repudiada por su propia familia ante la decisión que toma ésta, por contraer nupcias con un cristiano, renunciando a su religión ancestral budista.
La familia no tan sólo le da la espalda, sino que además la maldicen por dicha decisión de amor. Por otro lado el novio llamado Benjamin Franklin Pinkerton, quien es un subteniente de la marina estadounidense, es un hombre oportunista quien tan sólo desea poseerla por un tiempo a la dama en cuestión, a quien planea abandonar después de consumado el matrimonio. Por supuesto qué Giacomo Puccini no podía darle a MADAME BUTTERFLY otro final diferente qué… ¿Adivina cuál?
Finalmente si eres amante del teatro y te has cuestionado sobre el posible futuro del mismo, ¡tomando en consideración los pasos agigantados que cada día da la tecnología!, mi propuesta final sería ver la obra teatral que se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón en el Centro Cultural de la UNAM.
Me refiero al montaje escénico de I.A. INTELIGENCIA ACTORAL en dónde un Robot Humanoide te sorprenderá y cautivará.
Y aquí cabría preguntarnos, ¡si logran unas maquinas robóticas de tal magnitud! es decir, con fina figura humana al gusto del cliente, inteligente, “complaciente” y con capacidad múltiple potencializada, en “todos” los ámbitos en que les programe, ¿Cuál será el futuro de la pareja Humana?
¡Buen día!
